Stradivarius le ha apostado a las cazadoras estructuradas en dos colores, a las americanas de flores, a las básicas e imprescindibles camisas negras slim y a las clásicas chaquetas en dénim que, obivamente, vienen con tachas y puntas para unirse a la tendencia rock.
Y sí, que lo que ha hecho la firma es redefinir los básicos del armario para entregárnoslos mucho mejor, porque aunque más adulto, el atrevimiento y la diversión no se acaban.
A mí me encanta el vestido estructurado de tubo, que con el cinturón de rosetas negras y doradas es para morirse. Y es que hay que ver que los accesorios metálicos que trae Stradivarius, en especial los brazaletes, siguen una línea rockabilly que es súper ponible y combinable.
Camisas de gasa, jerseys a rayas, shorts y vaqueros desgastados y muchas, muchas puntas, completan un lookbook que no tiene desperdicio. ¡Qué manera de comenzar en otoño en pleno verano!
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