La primera son unos PALITOS DE MOZZARELLA que es muy rica y a nosotros nos gusta muchos, además son rápidos de preparar, y si los combinas con una ensalada, se pueden convertir en una cena ligera o podemos ponerlo como un plato mas para picar.
El buen queso mozzarella debe cumplir 3 requisitos: derretirse, estirarse y responder bien al gratinado. Cuando se hornea y se derrite, se vuelve elástico, y ésta es la característica que ha hecho tan apreciado este queso.
La mozzarella es un queso italiano que originariamente se elaboraba con leche de búfala; hoy, tras haberse hecho habitual en la preparación de ensaladas y en pizzas, lasañas y canelones, ha pasado a ser un producto de consumo relativamente masivo y se admite su elaboración con leche de vaca.
Ingredientes:
- Queso mozzarella
- Huevos
- Pan rallado
- Aceite para freír
Cortamos el queso mozzarella en tiras no muy grandes y las metemos en el congelador.
Mientras vamos batiendo un huevo y ponemos aceite a calentar. Cuando el aceite esté en su punto, sacamos los palitos del congelador, que tienen que estar muy fríos para que no se derritan al freírlos, y los pasamos por huevo batido y pan rallado y los freímos por tandas.
Cuando los saquéis ponerlos sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante y ya tenéis unos palitos ricos ricos.
Y lo segundo que os voy a poner es una receta para que cuando se vaya animando el ambiente, el partido en este caso, nos servirá mucho para refrescarnos con un toque dulce.
Si os gusta la limonada tenéis que probar estar receta, porque os sorprenderá… Al principio cuando descubrí que el ingrediente secreto era la leche condensada dudé, pero al probarla… mmm… deliciosa.
La segunda receta es para preparar una LIMONADA BRASILEÑA.
Ingredientes:
- 4 limas jugosas o limones (intentar encontrar aquellas con pieles finas y lisas, son las más jugosas)
- 1 taza de azúcar
- 6 tazas de agua fría
- 6 cucharadas de leche condensada
Preparación:
Mezclamos el agua fría y el azúcar muy bien y lo dejamos enfriar hasta que se vaya a utilizar.
Lavamos cuidadosamente las limas, podemos utilizar jabón para eliminar pesticidas de la piel de las limas porque se aprovecha la lima completa. Cortamos los bordes de las limas y luego cada lima en octavos.
Yo lo hago en dos tandas porque así coge el sabor mucho mejor, así que colocamos la mitad de la limas, es este caso 2 limas, en la licuadora o batidora.
Añadimos la mitad del agua con azúcar, colocamos la tapa en su licuadora, y pulsamos unas 5 veces, eso ya lo vais viendo.
Colocamos un colador de malla fina sobre una jarra (en la que vas a servir a la limonada) y verter esta mezcla por el colador. Con una cuchara podéis presionar el resto del líquido en la jarra para aprovecharlo todo.
Repetimos con el resto de las limas que nos quedan y el agua azucarada, y cuando lo tengamos lo vertemos en la misma jarra que teníamos lo anterior.
Añadimos la leche condensada ¡nuestro ingrediente secreto! y probamos. Si todavía es un poco amargo se puede añadir más azúcar o un poco más de leche condensada.
Para servirlo hay que servirlo inmediatamente sobre mucho hielo. No se conserva muy bien por la leche condensada así que no os recomiendo hacerlo horas antes de consumirlo. Lo que si podéis hacer con antelación es cortar las limas y mezclar el agua con azúcar y ponerlo a enfriar.
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