7 mitos sobre alimentación

1. La comida basura es mala. Falso. Lo realmente peligroso de los establecimientos de fast food es que reiteremos mucho la ingesta de productos o que elijamos mal los menús, ya que la oferta, en general, y pese a tratarse de comida rápida, es variada y muy controlada. Vicent Marks, catedrático de Bioquímica Clínica en la Universidad de Surrey, se pregunta: "¿Por qué se consideran las patatas fritas y las hamburguesas de los restaurantes de comida rápida ejemplos de comida basura y no se hace lo mismo con los platos ricos en grasas que sirven los restaurantes más finos, como el foie-gras, que tiene aproximadamente un 80% de grasa?"

2. Los alimentos ligth no engordan. Falso. Cualquier modificación producida en un  alimento para que aporte un 30% menos de calorías que el original puede etiquetarse como 'ligth', una categoría que, inducidos por una publicidad cada vez más engañosa lleva a muchos consumidores a la confusión, ya que tiene la idea errónea de que los alimentos ligth no engordan y que, por lo tanto, pueden tomar ración doble, lo que es un error. 

Para que un producto aporte pocas calorías debe estar etiquetado, según la UE, como de 'bajo valor energético', con lo que no debe tener más de 40 kilocalorías por 100 gramos. Muchos alimentos ligth son calóricos por su propia naturaleza ya que buena parte de sus ingredientes son grasas necesarias para su elaboración, su sabor y su textura... Por tanto, resulta absurdo pensar que la mahonesaa, las patatas fritas o las margarinas ligth no engordan.

3. Las embarazadas deben comer por dos. Falso. Está demostrado que un problema de sobrepeso de la madre repercute negativamente tanto en ella y en el feto. Las mujeres gestantes necesitan un aporte extra de energía que puede estar en torno a 350 kilocalorías diarias a partir del cuarto mes de embarazo, pero esto no significa, ni mucho menos, que tenga que comer por dos.

4. Saltarse alguna comida ayuda a adelgazar. Falso. Cuando por alguna razón dejamos de come obligamos al organismo a suplir la falta de nutrientes con una serie de acciones biológicas cuyo fin inicial es movilizar los elementos necesarios, si tenemos reservas, o , en caso contrario, sufrir las consecuencias de una alimentación desequilibrada. El desayuno debe proporcionarnos el 25% de las necesidades nutricionales diarias, y se ha comprobado, que cuando la ingesta es inferior disminuyen las funciones cerebrales. la concentración, se aprecia pérdida de memoria y aumenta la irritabilidad.

5. Fumar ayuda a adelgazar. Verdadero. El 60% de los exfumadores ganan peso, hecho que se asocia con el abandono de la nicotina, ya que la adicción y la consecuente eliminación de esta sustancia estupefaciente impide que el organismo queme entre 100 y 300 calorías diarias son el más mínimo esfuerzo y contribuye a da sensación de saciedad y, por tanto, consumir menos comida.

6. Los productos que impiden la absorción de grasa ayudan a adelgazar. Verdadero. Pero cuidado, no todos a los que se les atribuye esta propiedad la tienen realmente, y además, algunos de los que actúan des esa forma pueden provocar graves problemas al organismo.

Además, hay que tener en cuenta que las grasas son un alimento indispensable  apra el cuerpo humano por su poder energético y por ser vehículo de vitaminas.

Cuando la ingesta de grasas o el aporte calórico  es excesivo se forman depósitos en el organismo y engordamos. Si conseguimos evitar su absorción, que puede llegar a aportar entre el 40 y 50% de las calorías ingeridas, estaremos evitando su almacenamiento, y, en consecuencia, el incremento de peso. generalemente, estos productos se adminsitran en pastillas compuestas por un principio activo que a través de una especie de gel que impide su absorción, consigue el aislamiento de las grasas, que posteriormente son eliminadas sin digerir. 

7. No se debe picar entre horas. Falso. Lo que ocurre es que comer entre horas no significa hacerlo en cualquier momento ni que podamos consumir cualquier cosa. Según la especialista Serra Majem, un 25% de la ingesta calórica debe obtnerse en el desayuno, un 35% en la comida de medio día y otro 25% en la cena. El 15% restante debe repartirse en las ingestas de media mañana y de media tarde.