.

.

domingo, 11 de marzo de 2012

Recuerdo a Bardales

Creo que tenía que dedicarle esta entrada a Bardales. Para quien no lo conocierais tengo que decir que es el único cura que hizo entrar a muchísima gente a una Iglesia, empezando por mi madre o por mi, es la persona con la que hice la comunión, profesor de mi madre cuando estudiaba y una grandiiiiiiiisima persona, además de no tener ningún reparo para decir las cosas como son. La Calzada ha perdido muchísimo y solo puedo decir que cuando acompañé a mi abuela al funeral, la gente no entraba en la Iglesia, estaba lleno de policía de la gente que había, de flores y de un montón de sentimiento.


Os voy a dejar un articulo que merece ser leído.



«Vengo a despedir al único paisano que me hizo entrar en una iglesia». Claro y contundente. Una voz anónima, un comentario sincero entre la muchedumbre agolpada frente a las puertas de la iglesia de Fátima resume a la perfección lo que José María Díaz Bardales significó para varias generaciones de vecinos de La Calzada.
Ayer su parroquia se quedó pequeña, aunque no era, ni de lejos, la primera vez. Tantas eran las personas que quisieron despedirse de su párroco, vecino y amigo que desde una hora antes del comienzo de las exequias, la parroquia de Fátima ya estaba llena de gente. «Sobra decir que era muy querido, con solo echar un vistazo afuera...», comentaban los feligreses, «muy agradecidos» por sus 31 años en el barrio. Allí, frente a la explanada de la iglesia, había cientos de personas.
«Él pensaba que existen dos tipos de personas. Unos, que buscan salvarse solos y arrojan ciegamente a los demás de su balsa. Otros, que conciben un destino donde todos puedan salvarse. A Bardales le dolía el dolor ajeno como propio, y eso le honra», relataba, emocionado, Luis Redondo, histórico sindicalista gijonés. «Tenía una sensibilidad exquisita, nunca olvidaré su compromiso con los perseguidos... Gracias a él y a José Luis [Martínez] -anterior párroco de La Calzada, fallecido hace casi un año- teníamos las iglesias como refugio», recordaba, agradecido.
Y es que este 'cura obrero', siempre tuvo abiertas las puertas de su parroquia a todo el mundo, como bien rememoraba Juan Manuel Martínez Morala, de la Corriente Sindical de Izquierda: «No sólo tuve trato con él en la época dura de Naval Gijón, cuando nos reuníamos en Tremañes y Fátima, también recuerdo su labor en colonias de gitanos y su impulso para crear 'Gijón, una ciudad para todos' que logró erradicar el chabolismo».
La ceremonia, oficiada por el vicario general, Jorge Fernández Sangrador, reunió a una veintena de curas y miembros de la Iglesia que quisieron desplazarse hasta La Calzada para dar el último adiós a su compañero. La homilía corrió a cargo deGómez Cuesta, párroco de San Pedro. Algunos eclesiásticos llegaron incluso de provincias vecinas, como Juanjo Ruiz, salesiano de León. «Bardales supo unir la iglesia de barrio con la otra iglesia, más tradicionalista. Una labor ardua y que se está perdiendo... Ya quedan pocos curas como él», reflexionaba. Otro viejo conocido del 'cura rojo', Lisardo Menéndez -quien en su día fuera párroco de Contrueces- reforzaba esta idea: «Vivió toda su vida llena de fe en el evangelio, pero nunca fue un lacayo de la iglesia».
El propio arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, lamentó no haber podido oficiar el funeral por encontrarse en una cumbre de arzobispos en Roma. No obstante, quiso señalar su «reconocimiento a la trayectoria sacerdotal» de Bardales y su trabajo con «tantos trabajadores, que acudían a él para encontrar un consejo en sus dudas y una fuerza en sus luchas justas». «La voz de este cura se alzó bien alta cuanto otros no la tenían o pretendían acallarla», recordó el arzobispo, pese a reconocer que entre ellos «el acento en algunas cosas era diverso, pero no adverso».
Bardales no solo congregó a sindicalistas y sacerdotes en su multitudinario funeral. Miembros de diferentes asociaciones solidarias también estuvieron presentes, como Luis Manuel Flórez, 'Floro', presidente de Proyecto Hombre Asturias: «Cuando empezamos en 1988 estábamos en un bajo de La Algodonera que nos había cedido la asociación de vecinos Alfonso Camín, pero en seguida se nos quedó pequeño. Entonces nos dejaba la iglesia para hacer asambleas y reuniones de terapia, nunca escuché de él un no».
«Deja una huella imborrable como persona y como cura; no todo era fe, fue un ejemplo de praxis cristiana en el día a día», contó, agradecido por la ayuda recibida en los inicios de Proyecto Hombre.
Educador y futbolero
Además, los profesores del IES Padre Feijoo quisieron estar presentes en el funeral de su antiguo compañero, profesor de Religión. Un hombre que no haría cristianos en su clase, pero sí enseñaba amplitud de miras y afrontaba temas controvertidos sin tapujos.
A su vocación educativa y sacerdotal también se unía la futbolística -llegó a dar clase en la Escuela de Entrenadores- y asociativa: era consiliario del grupo de Boy Scouts La Calzada. «Nos bautizó, nos dio clase y la Primera Comunión, también esperábamos que llegara a casarnos», comentaban algunos de sus discípulos.Los políticos también hicieron un hueco en sus agendas para despedir al sacerdote. Acudió al funeral la exalcaldesa Paz Fernández Felgueroso, junto con varios socialistas gijoneses. El portavoz municipal Santiago Martínez Argüelles aseguró que «Gijón y La Calzada nunca tendrán palabras ni actos suficientes para agradecer lo que dio a los demás» y señaló que la mejor forma de recordarle es «seguir ayudando a todos aquellos por los que dio su vida».
Desde Izquierda Unida, Jorge Espina también estuvo presente en las exequias, así como el presidente de UPyD en Gijón, Nacho Prendes, quien comentó que «Bardales representaba a la iglesia más humana, un ejemplo de compromiso y humanidad que ha marcado a varias generaciones. Su muerte es una pérdida, pero los valores que tanto repartió permanecerán en el recuerdo de este barrio y esta ciudad», señaló.
Eva Illán, concejala de Bienestar Social, quien lamentó «profundamente» el fallecimiento de «un párroco muy querido y que ha realizado una labor encomiable durante muchos años».
Además, ayer, hubo doble despedida. En su Ribadesella natal se celebró un segundo funeral. Es allí donde reposarán sus restos mortales, aunque su corazón haya quedado para siempre en Nuestra Señora de Fátima.



















No hay comentarios:

Publicar un comentario